¿SIRVE PARA ALGO LA ESCUELA?
Friday, September 02, 2005
Thursday, September 01, 2005
¿SIRVE PARA ALGO LA ESCUELA?
Hace varios años que no se nada de un amigo que, cuando nacieron sus hijos, decidió que ninguno iría a la escuela. Que ella y su esposa podían enseñarle lo que necesitaban saber y, además, tenía la seguridad que así aprenderían aquello que les resultaría valioso en la vida y dejarían de aprender todo lo malo que se encontraba en la escuela. Hoy se me ha ocurrido preguntarme ¿qué sería de él y qué de sus seis hijos. Habrán logrado que alcancen los saberes indispensables de nuestra época aprender a aprender, aprender a hacer, aprender a ser y aprender a convivir. No lo sé, pero ahora que soy padre de familia de dos hijos escolares quisiera saber si tuvo éxito, porque yo opté, como la mayoría por confiar en la escuela esa tarea y creo que, finalmente, buena parte de esos saberes los han logrado gracias a que mi esposa y yo hemos podido contrarrestar buena parte de su negativa influencia.
Desde muy pequeños, sus maestros se limitaron a exigirles que aprendan, pero no les enseñaron a aprender, menos mal que mi esposa y yo sabíamos algo al respecto y pudimos, poco a poco, ayudarles a enfrentar la frustración de no lograr lo que sus maestros esperaban cosechar pero que no habían sembrado. Aun hoy, que ya son grandes, de vez en cuando tengo que tratar de convencerles de que no tienen que aprender las cosas de paporreta, de que lo importante es que entiendan lo que están intentando aprender pero ellos insisten en que si no lo dicen tal como lo dijo el maestro o como está en el libro, los jalarán. También hay una pelea, más o menos cotidiana, cuando quieren copiar textualmente lo que está en el libro, sin pensar y sin entender lo que dice. No son pocas las veces que llegan a casa con cara de desconcierto diciendo me han pedido que investigue sobre tal cosa y no se qué es eso y dónde puedo encontrar información sobre ello. Claro que, después de todo, a mi esposa y a mi nos queda el consuelo de que menos mal que podemos ayudar a aprender a nuestros nuestros hijos, pero inmediatamente nos asalta una enorme preocupación por los cientos de miles de niños que sólo podrían aprender a aprender si en la escuela se lo enseñaran y permitieran.
Ahora si, no puedo negar que en la escuela han aprendido a hacer muchas cosas, aunque algunas muy inútiles e invirtiendo mucho tiempo en algo que no tenía sentido aprender y muchas otras, como en lo anterior, simplemente les pedían que lo hicieran y, otra vez, menos mal que papá y mamá podían sentarse con ellos y enseñarles a hacerlas, aunque muchas veces por lo complicado que era tratar de que aprendieran a hacerlo lo suficientemente bien como para que los maestros los feliciten, optáramos por hacerlo nosotros mientras ellos miraban qué bonita tarea hacían sus papás.
Y más de una vez me he llevado la ingrata sorpresa de que les pusieron una buena nota por un trabajo que era copia literal de lo que habían encontrado en algún libro o en internet.
Cuántos padres nos preguntamos muchas veces para qué van nuestros hijos a la escuela y, desgraciadamente, un buen número de ellas no encontramos mejor respuesta que ´van para entretenerse en algo y no aburrirse en casa´. Es que no resulta fácil, en nuestros tiempos, descubrir para qué es útil la escuela. Que la necesitamos no cabe duda, pero para qué, además de para cuidar a nuestros hijos algunas horas al día. Qué consiguen en ella que no pudieran conseguir en cualquier otra parte.
Es cierto que aprenden muchas cosas, pero la mayor parte de ellas inútiles y, a veces, perniciosas
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